Carlos de Mesa
3 de Noviembre de 2019
Pasaron los días estivales. Comienzan las temporadas de las actividades culturales. Octubre es un tiempo del calendario que abre los horizontes, un tiempo para comenzar nuevos proyectos, para acometer o retomar tareas pendientes que no habíamos terminado, para plantear nuevos retos…
El sueño ciudadano de que Málaga disponga de su Auditorio de la Música es un empeño que reverdece con fuerza en este otoño. Éste es un deseo que será muy difícil quitárnoslo del corazón a los malagueños, aunque las administraciones públicas, con su lentitud en la toma de las decisiones, parece que se empeñaran en que se borre del imaginario ciudadano este deseo. Pero no, en este tiempo que entra con el otoño, rebrotan los ánimos e ilusiones por continuar reclamando el deseo-necesidad del gran proyecto cultural del Auditorio de la Música de Málaga.
La prensa, atenta a esta inercia otoñal de ilusiones, publica noticias que surgen de comunicados de las instituciones políticas que, a modo de relato, muestran los proyectos culturales pendientes de resolver desde años atrás. Así, conocemos la solución para la cubierta de la Catedral; el deseo de la separación del legado arqueológico del Museo de Bellas Artes para llevarlo a otro lugar, fuera del edifico de la antigua Aduana; la inmediata demolición de los antiguos cines Victoria y Astoria para construir en ese solar un complejo gastronómico-cultural; la elaboración de un plan para convertir los Baños del Carmen en un parque marítimo; el arranque de la iniciativa de acometer un gran parque en los terrenos del antiguo Campamento Benítez; el continuo debate sobre el contenido que podría tener el antiguo Convento de la Trinidad. Toda una importante panoplia de proyectos culturales para Málaga, a la que se suma el deseado-reclamado Auditorio de la Música. Consecuentemente, de ser firme la voluntad de las administraciones públicas de acometer con inmediatez estos proyectos y que todo ello no sea un mero relato de lo necesario, se establecerán ciertas prioridades y entraremos en un juego diabólico de intereses, en el que esperemos que los deseos manifestados por los ciudadanos jueguen un papel importante.
Sobre el Auditorio de la Música también, en estos días, se han publicado noticias. La prensa se ha hecho eco de la iniciativa del alcalde sobre la elaboración de un plan para que el Auditorio, con parcial financiación privada, desarrolle su proyecto entre los años 2020 y 2025. La consejera de Cultura de la Junta manifiesta que es un proyecto caro y muestra su deseo de sentarse con el Ayuntamiento para definir y concretarlo todo. Con un calendario que aprieta para el plan del alcalde, de producirse el necesario e inmediato marco de negociaciones Ayuntamiento de Málaga / Junta de Andalucía, se les presenta una nueva circunstancia, la Junta de Andalucía desea adelantar la aprobación de sus Presupuestos 2020 para finales de este mes de octubre. Esta última cuestión es muy importante, en razón de las necesarias consignaciones que deberían incluirse en los Presupuestos 2020 para atender la anualidad financiera del Auditorio de Málaga.
En este año de 2019, el Auditorio de la Maestranza, de Sevilla, cumple 28 años, el Auditorio Euskalduna, de Bilbao, cumple 20 años, el Auditorio de las Artes, de Valencia, cumple 14 años, y el Auditorio de Málaga cumple 6 años desde que las administraciones públicas con competencias sobre el mismo decidieron liquidarlo. Era un proyecto en el que todos teníamos puestas muchas ilusiones, que venía a situar a Málaga en la órbita de las ciudades importantes que apuestan por la música en todas sus dimensiones.
Hoy, en el ámbito otoñal del calendario, los malagueños continuamos mostrando el deseo por el Auditorio de la Música, con miles de firmas de petición y cientos de mensajes de reclamación. Los profesionales de la música, de todas las músicas, insisten permanentemente en reclamar el Auditorio, participando en conciertos reivindicativos, con mensajes en las redes sociales y en el caso de los compositores dedicando obras musicales a la reclamación del mismo.
Parece evidente que la ciudadanía y los poderes públicos interpretan las partituras del Auditorio de la Música de Málaga de formas muy diferentes, los primeros mantenemos firme la reclamación para que se hagan realidad los deseos y se dé solución de las necesidades, los segundos se toman con cierta calma la toma de las decisiones para comenzar a trabajar juntos y dotar a Málaga de su Auditorio de la Música. Qué interesante y eficaz sería que los poderes públicos también aparecieran en este otoño cargados de energía e ilusiones, acometiendo la realización de los proyectos que relatan como necesarios, entre los que está el Auditorio de la Música de Málaga.