Málaga es una ciudad que disfruta con la «gran música». En estos días, las agrupaciones y entidades musicales de Málaga celebran la clausura de sus programaciones de la temporada 2018-19.
Durante la temporada que finaliza, el mundo de la música clásica en Málaga ha mostrado la muy vital oferta de conciertos que se celebran en la ciudad. Temporada de ópera y zarzuela, temporadas de orquestas sinfónicas, temporadas de agrupaciones corales, temporadas de conjuntos de cámara, recitales lírico, musicales…
Es visible y evidente que no se trata de reclamar un Auditorio de la Música, de todas las músicas, sobre «humo», sino sobre una realidad sociocultural de un alto vigor musical.
Finaliza la primavera y da comienzo el verano, un verano que en Málaga es muy musical y callejero. Al pasar el solsticio del verano todo cambia en la Ciudad del Paraíso. La vida se vive bajo el cielo, los espectáculos se disfrutan en la noche en espacios abiertos. Se clausuran y finalizan las temporadas de las agrupaciones y conjuntos de música clásica, en los recintos cerrados.
Artistas, promotores y gestores culturales sueñan, cada día con más ilusión, poder ofrecer sus programaciones en el deseado-necesario Auditorio de la Música; un lugar en el que la música se escuche con la mejor acústica, el espectáculo se presente en las mejores condiciones escénicas y con un aforo que permita la asistencia del mayor número de aficionados.
Y esta realidad, sueños e ilusiones de la oferta de la «gran música», en nuestra ciudad, está sustentada y acertadamente acompañada de un sector de la formación musical que crece por curso en valor artístico, aportando a la oferta profesional nuevos valores que sorprenden en los principales escenarios de nuestro país y del mundo.